Este curso hemos reanudado con ilusión y confianza el proyecto de obtener un crédito de libre elección para el alumnado de Trabajo social y un certificado de asistencia para profesionales del mismo.
La interacción de estudiantes y profesionales dentro de este espacio de diálogo resulta una experiencia enriquecedora por ambas partes imbricada con las intervenciones de ponentes que han venido haciendo interesantes y significativas aportaciones en la vida pública.
Este espacio es diferente a otros académicos y el ÁNGULO DE VISIÓN desde el que se mira también. A este espacio solo se entra mirando desde la DIGNIDAD DE LAS PERSONAS, entendidas “COMO FINES EN SÍ MISMAS Y NO SIMPLES MEDIOS”.
La razón por la que están elegidos los ponentes es su compromiso con los valores humanos y la mejora de las condiciones de vida de las personas. El valor añadido (y no al revés) es que tienen una reconocida trayectoria intelectual, en la gestión pública y/o en la práctica profesional que están en disposición de compartir, de comunicar con quienes estuviesen en la sala. La programación este año ha quedado en los términos siguientes:
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Lamentablemente el confinamiento no ha pasado en vano. Mucha gente no ha sabido encontrar todavía el camino de vuelta al aula y mucho menos sacar energía para comprometer unas tardes en una actividad que no puntúa para las asignaturas del cuatrimestre. La asistencia ha sido muy reducida, pese a ello todas estas personas invitadas se han empleado e fondo en entrar al diálogo que nos hemos propuesto.
El legado que la humanidad ha ido dejando en su desarrollo elevándose más allá del instinto ciego y animal hacia la formación de criterio está cada vez más cercado por la cultura líquida que se está imponiendo. El taladro sutil de nuestras energías mentales y anímicas es un hecho, una realidad. Adocenar las voluntades, edulcorar las sensibilidades, percutiendo desde el instinto somete dulcemente a los poderes dominantes. La antítesis total de las esperanzas en el progreso de la humanidad que reverberaron entre las luces de la Ilustración.
No todas las especies estamos adaptadas a vivir sumergidas en el MUNDO LÍQUIDO que Bauman predijo al borde del nuevo milenio. Así las cosas, un reducido grupito de “ANFIBIOS” hemos recuperado un poquito el oxígeno y la luz del sol a lo largo de estos días con estos encuentros. GRACIAS, GRACIAS INMENSAS a estas personas que entre “público y ponentes” habéis hecho posible esta interacción personal produciendo momentos de cierta magia especial que ni se compran ni se venden ni se descuelgan de ningún espacio virtual. Hemos asistido a creaciones propias e intransferibles. Todo un refresco de humanidad.
Hemos disfrutado este privilegio una minoría, pese a tener las puertas y los brazos abiertos durante estos seis días a quienes quisiesen venir. A fin de cuentas, Concepción Arenal asumió a lo largo de su vida ser una VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO pues ¿de qué sorprendernos? ¡Ya hemos cerrado el círculo!