I - Perfectibilidad y sentido integral de la persona humana.
"¿Creéis que la fuerza del hombre se mide por el peso que arrastra o que levanta? Así se mide la de los animales; la del hombre se mide por su virtud y por su inteligencia...".
Cartas a los delincuentes (1865)
"Podemos definir la moral diciendo que es el conocimiento y la práctica del deber, realizado por el puro amor al bien".
Cartas a un señor (1871)
"Es un error de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión es la de esposa y madre; equivale a aniquilar su yo moral e intelectual"..."lo primero que necesita la mujer, es afirmar su personalidad, independiente de su estado, y persuadirse de que, soltera casada o viuda, tiene deberes que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie, un trabajo que realizar, e idea de que es una cosa seria y grave la vida y que si la toma como juego, ella será indefectiblemente juguete".
Congreso Pedagógico Hispano-Portugués (1892)
"Ahora, hace poco, un grupo no muy numeroso, pero muy escogido, hace una revolución en el mundo intelectual, proponiéndose al instruir a los niños y a los jóvenes, educarlos al mismo tiempo, y prepararlos, ante todo, para que sean personas primero, y después ingenieros o naturalistas. Pues esto que se inicia en la educación de los hombres hay que hacerlo con la de las mujeres, procurando que cultiven sus más elevadas facultades, que purifiquen sus sentimientos, que enfrenen en lo que puedan tener de desordenados sus instintos, que fortifiquen y ennoblezcan su carácter, y entonces, cuando sean personas más perfectas, serán mejores madres, porque la perfección de la madre, como la del padre, no puede consistir en la aplicación parcial de ciertos elementos humanos, sino en la total de cuanto constituye la mujer y el hombre, como ser inteligente y afectivo".
La mujer de su casa (1883)
"No creemos que pueden fijarse límites a la aptitud de la mujer, ni excluirla a priori de ninguna profesión, como no sea la de las armas, que repugna a su naturaleza, y ojalá que repugnara a la del hombre! ".
Congreso Pedagógico Hispano-Portugués (1892)
"Miseria es, en todo, falta de lo necesario y hay un necesario moral e intelectual, como físico"..."Lo necesario moral es el cumplimiento del deber en su plenitud "..."Lo necesario intelectual es el conocimiento del deber y del derecho, y de los medios de cumplir el primero y exigir el cumplimiento del segundo ".
Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, (1891)
"La resignación es una necesidad para los individuos y para los pueblos; quiero decir cómo la entiendo yo. Es a mi parecer, la conformidad con la voluntad de Dios, si, como deseo, eres creyente; con la fuerza de las cosas, si no crees; es en los males la conformidad que excluye la violencia y deja serenidad y fuerza para buscarles remedio y consuelo".
Cartas a un obrero (1871)
"Hemos visto que el deber moral que de instruirse tiene el hombre, está comprendido en el de perfeccionarse. La perfección significa voluntad recta, afectos puros, entendimiento elevado. Es lo verdadero en la ciencia, lo bello en el arte, lo justo en la moral; es la mansedumbre, es el sacrificio, el perdón, el amor infinito de Dios y de los hombres".
La instrucción del pueblo (1881)
"La religión no consiste en fórmulas exteriores, en prácticas casi mecánicas, en palabras cuyo sentido se ignora o se olvida, en preceptos que verbalmente se respetan, pero que prácticamente se quebrantan. La religión es una cosa íntima, que arranca de lo más profundo de nuestro corazón y de lo más elevado de nuestra inteligencia, que tiene manifestaciones exteriores como señales de lo que en el interior existe, no para suplirlo; palabras para comunicar con los otros hombres que elevan el alma a Dios, a fin de fortificarse en esta comunión, y también para procurarla. La religión no es el precepto que se invoca cuando conviene, sino que se practica siempre; es la aspiración a perfeccionarse, es la justicia, es el amor, es la unión íntima del espíritu con Dios, que le eleva y le sostiene en la desgracia y en la prosperidad".
Cartas a un señor (1871)
"La diferencia del hombre emancipado al que no lo está, consiste en que, en vez de sujetarse a la voluntad de otro, se rige por la suya; que en vez de obedecer a la razón ajena, obedece a la propia; en que tiene la responsabilidad de sus acciones y no la descarga sobre nadie; en que recibe elogio o vituperio, premio o castigo, perjuicio o ventaja por lo que hace. La emancipación, lejos de favorecer la indolencia, exige tarea mayor; la dignidad no es bien que se recibe gratis, sino que cuesta mucho trabajo adquirirla y conservarla"
Cartas a un obrero (1871)